

Destaca el poeta y místico indio Kabir del siglo XV con sus enseñanzas a través de su poesía. Esta es una de ellas:
¿Veré amanecer el día, ¡Oh Madre Divina!,
En que al pronunciar Tu Nombre
afluya a mis ojos un torrente de lágrimas inundando los bancos de arena de mi ignorancia,
y que acabe con la aridez de mi corazón?
¿Florecerá el loto luminoso de la sabiduría,
que disipe para siempre mis tinieblas?
¡Oh Madre Cósmica Omnipresente,
ven a mí en forma humana tangible!
Sólo Tu rostro de infinita bondad
puede desterrar para siempre mi dolor.